Los clientes, que no tenían su residencia aún en España, nos pidieron realizar las obras en su ausencia, conectando a través de nuevas tecnologías, y el resultado ha sido magnífico. Fluidez y entendimiento en todo momento.
El diseño tenía que ser también de muy bajo mantenimiento, por los cambios de residencia de los propietarios, que, no obstante, no querían renunciar a la sensación de poseer un verdadero jardín. Nos concentramos en una primera etapa, en incluir suficiente arbolado como para generar sombra y perspectiva, que son, para nuestro estudio, los elementos más importantes a la hora de diseñar un jardín en nuestras latitudes.
El jardín podrá plantarse más abundantemente más adelante, una vez que la vivienda se haya convertido en la residencia habitual.
El jardín permite disfrutar de varias zonas muy diferenciadas de uso: una plazoleta de acer freemanii, la pradera (artificial en este caso) de la zona de piscina, el porche principal y hasta un pequeño mirador/solarium en madera, que hemos construido sobre la depuradora y que es un balcón al entorno del parque natural que comienza justo en el límite de la parcela.
También hemos tenido muy en cuenta generar pantallas visuales en varios puntos, para concentrar la atención en el jardín y disminuir la sensación de exposición, aunque las vistas son magníficas y no nos hemos cerrado completamente al paisaje.