Aquí pudimos disfrutar de un buen entorno arquitectónico, que realza más las líneas geométricas puras de la composición y la paleta de color del jardín.
El proyecto debía ocultar un murete bajo muy mal acabado y dotar al espacio de intimidad y belleza. Proyectamos una jardinera continua que arranca desde la puerta de acceso a las zonas comunes y termina en una lámina de agua grande, que proyecta sus luces contra la piedra caliza de la pared.
La iluminación en led nos permite disfrutar de muchas horas de ambientación con un consumo ínfimo – muy importante también en invierno para «engrandecer» el salón con las vistas exteriores.
La plantación está muy controlada para matizar sin ocultar el cortavientos de madera: hemos seleccionado bambús de buen porte, a los que hemos limpiado la zona baja de hojas. Le acompañan un arce, pequeño, pero bien formado y varias palmeras y palmitos en los extremos.