El diseño de este espacio debía mantener una zona central ampliar para el juego de los niños, pero también tenía que servir de prolongación del salón, desde el se accede a través de grandes ventanales; esta conexión con el interior exigía mantener unos mínimos de calidad estética, para incorporar el ambiente exterior al cuidado interior sin problemas, tanto de día como de noche.
En previsión de que se instalara mobiliario en la frontal del jardín, construimos en un lateral un estanque ornamental, pero con capacidad para naturalizarse con plantación acuática y carpas de colores. Los surtidores y la iluminación subacuática inundan todo el espacio de sonidos y reflejos armoniosos, complementados por la iluminación perimetral del jardín, que resalta la abundante vegetación y da profundidad al «decorado» vegetal.
Las jardineras y el perímetro del estanque se han proyectado en acero corten, y forman un pliegue continuo en el jardín, enlazando todos los elementos en una sola forma. Hemos reforzado la plantación existente con herbáceas, y otras plantas de fuertes formas arquitectónicas, así como con dos bonitos ejemplares casi idénticos de arce que flanquean el estanque y recogen la luz de los focos.